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LA AUTOESTIMA, LA SOLUCIÓN A LA DESIGUALDAD DE GÉNERO


¿Que qué pienso? me pregunta Facebook todos los días. Hoy, día internacional de la mujer dicen unos, de la mujer trabajadora dicen otros o de la igualdad de sexos escucho en otro lugar*, me planteo si soy feminista.

¿Qué es exactamente el feminismo? Busco una definición:

“Doctrina y movimiento social que pide para la mujer el reconocimiento de unas capacidades y unos derechos que tradicionalmente han estado reservados para los hombres.”

Ciertamente el pedir, yo diría “exigir”, este reconocimiento comprendo que haya llevado a miles de mujeres hoy a la calle, y a tantas otras a lo largo de la historia. Algunas ejerciendo un derecho a manifestarse con cabeza, a otras, como en toda reivindicación popular, a mal interpretar la libertad coartando la de otros: Jesús, mi pareja, no ha podido coger el ferrocarril para llegar a una reunión importante porque algunas mujeres se han lanzado a las vías impidiendo el cumplimiento de los servicios mínimos.

Como sabéis soy cocinera, ahora Chef Conceptual, porqué he decidido serlo, no porqué nadie me lo haya regalado.

La vida en las cocinas es dura, muy dura. No solo los horarios, el calor, el esfuerzo y estrés físico y mental hacen mella en hombres y mujeres de las cocinas de todo el planeta, para las mujeres hay un plus, ser mujer.

Es surrealista que las mujeres hayan cocinado siempre en casa y a la hora de recibir reconocimiento y premios ellos hayan pasado por delante. ¿Quién es el responsable?, ambos sexos en mi opinión.

Ya tuve mi propia guerra, interna y externa, en los muchos restaurantes en los que trabajé por 10 años, hostilidad masculina, traducido: inseguridad, por dar por supuesto que una mujer no podía hacer lo mismo que un hombre recordándotelo todos los días y mujeres confundidas asumiendo un supuesto rol masculino de “a ver quién tiene más huevos niñata”: más inseguridad.

Superé las secuelas de estos maltratos trabajándome mucho y he llegado a ser una mujer segura de mi misma y una gran profesional.

Hay muchas injusticias en un mundo dirigido por hombres y diferentes maneras de encajar estas injusticias. Hay quién necesita reivindicar ciertos temas caras al mundo y otros que mantenemos la lucha en el día a día en nuestros pequeños paisajes.

Hoy no he parado porqué soy mujer siempre, todos los días. Decido no reivindicarlo en un día concreto, sino celebrarlo en todo momento y dar gracias al universo por la vida otorgada, no por mi género. Soy fuerte, libre, sensible, luchadora, transparente, cariñosa, trabajadora y tantas otras cosas. Soy completa, soy mujer. Tengo características asociadas a los hombres, eso dicen, eso creía... pero no. La fuerza, la decisión, la valentía, la capacidad espacial, la de mando, la seguridad en mi misma y el creérmelo, son capacidades supuestamente masculinas a ojos de aquellos que quieren a las mujeres débiles y sumisas. Soy humana, hombres y mujeres podemos desarrollarnos libremente en nuestras capacidades sin el yugo limitante del sexo, que solo nos diferencia por el físico y algún tipo de programación histórica (y prehistórica) hoy en día obsoleta.

Es nuestra responsabilidad llegar a desprogramar de nuestros cerebros estos roles impuestos por el sistema. Como dice Jesús vivimos en el “yo de los otros” y hemos de alcanzar una conciencia despierta para poder elegir la vida que queremos vivir, sin imposiciones preaprendidas. Las creencias de estas supuestas verdades sobre la diferencia de género nos limitan, tanto a hombres como a mujeres. Creo que el cambio para que la verdadera libertad y la igualdad existan está en la educación. Educación en la autoestima y en la gestión emocional. Mujeres y hombres seguros de sí mismos. Creo que la raíz del machismo reside en la falta de autoestima de ambos sexos. Hombres que se intentan afianzar oprimiendo, discriminando, excluyendo etc y mujeres que lo permiten.

La solución no está en castrar a los hombres como gritan algunos sectores radicales sectarios del feminismo, ni en excluirlos a ellos para tomar nosotras el poder con la rabia de los años perdidos, el secreto está en tomar conciencia y en educar desde la cuna en la igualdad y el respeto.

Criar a niños seguros de sí mismos que crecerán empoderados, llenos de autoestima.

Hombres, por tanto, sin necesidad de demostrar quién la tiene más grande, en una exigida lucha de egos o mujeres “figaflor” (tontaina, pánfila) incapacitadas para valerse por sí mismas porque les han hecho creer que no pueden hacerlo solas.

Sigo sin saber si soy feminista… seguro soy humanista y me reafirmo en la necesidad de un cambio que beneficiaría tanto a hombres como a mujeres y por tanto al sistema.

Ya se han conseguido muchos avances en algunos puntos del planeta, si me paro a pensar en lo que falta por hacer me desmorono, no solo a nivel de falta de derechos por conseguir, sino a nivel de falta de educación y de autoestima que es la raíz de todos los males.

Podemos cambiar, solo hay que creerlo.

Teresa

8-9 de marzo´18

*El Día Internacional de la Mujer, antes llamado Día de la Mujer Trabajadora, debido la decisión de la ONU de institucionalizarlo en 1975,1​ conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el hombre, en la sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Se celebra el día 8 de marzo.

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